En la copa de un abedul desnudo por el otoño, bebió el licor de la garúa que Discépolo lloró en un la tinta de un tango sin dios ni patrón.
Desde los arrabales de los barrios en donde la luna aun subsidia en cuotas los corazones con bolsillos descocidos, ella baila un vals telúrico de Portishead, viste con el mantra de estrellas del sur y una sonrisa que amaga pena, pero que huele a lucha en sus comisuras filosas de ironía.
En sus tacos está el tambor de la América sublevada y la elegancia de la pasajera en trance con el boleto de ida en el tren onírico de los soñados por el sueño de los soñadores que saben, con la certeza de la duda, que aunque no encontremos la respuesta, la respuesta está en el trip to the center of the shadow.
* Basado en la fotografía de Julia Narcy.
Calaverita Mateos (Esquel)
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