“Tod@s tenemo un cacho de artistas, tod@s tenemo”


En la ensaladera de nadas que habita en el penúltimo piso de mis huesos, deshabita un cerebro y se albergan de okupas las dos de las últimas neuronas que quedaron luego de andar perdiendo Bardhal por los caminos de la life.
No me quejo de la ausencia de imaginación a la hora de intentar ponerle el pecho a la tinta y el lomo al papel para hurgar entre las migajas que nos dejan de sobra los escritores “denserio”, en busca de un qué se yo poético que me de medio punto de hándicap y un cuarto de verso más o menos bien parau ante los lectores de lengua pupila filosa; pero es en vano, tengo resfriada la creatividad así que debo conformarme con mentirme a mi y mentirle a usted, estimado consumidor de productos literarios.
Este breve texto que usted está por terminar de leer no le aportará más sapiencia, no le dará una palmada en la espalda de su sabiduría, ni siquiera entrará por la puerta de servicio de los buena gente luego de leerlo, pero puedo asegurarle, sin tenerle miedo a mi colega el ridículo, que al finalizar la última masticada de estas letras sentirá una leve, muy leve sensación, pero sensación al fin, que escribir es también un ejercicio de la espontaneidad y la libertad de los “¿Lo qué?” que se enriedan en nuestra psiquis, teniendo usted derecho, también, a plasmarlo en una hoja o en un monitor, sin que se le caigan las medias de sus vergüenzas.

Calaverita Mateos (Esquel)
www.calaveralma.com.ar

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