Querido Mauro:

A ver… ¿cómo se le escribe una carta a un escritor?… ¿sustituye la carta la voz de quien la escribe? ¿Es válida si los trazos provienen de un lápiz virtual y una ausencia cuya mano invisible busca estar ahí donde no está? Ya te dije, la ausencia no es ausencia, es presencia irrefutable del otro en uno mismo… pero en este caso el artista de las palabras sos vos. Estas otras palabras se suceden y atropellan con la intención de felicitarte, y discuten y compiten y pretenden ser la expresión perfecta para ocupar ese lugar privilegiado que transmite lo que acontece en este instante. En este instante que le da la bienvenida a TUS PALABRAS que circulan y trascienden y dejan de ser tuyas para ser… para ser del mundo. Ardua tarea, hecha a tu medida y no la mía, ésta de querer decir jugando, algo sobre tu libro Sur Realismo. Lo abro al azar, página 63 y leo: “Sin ellas no hay tinta, no hay palabras, no hay arte. No soy.” Advierto que nada es casual y deslizo mis ojos al párrafo anterior, y me invade una sonrisa llena de reconocimiento mientras un batallón de asociaciones viene a mi cabeza. Busco el título del texto y la sorpresa se expande al infinito: El eterno regreso del batallón de las “ni en pedo me olvidás”. Entonces me surge la idea, ni en pedo calza una explicación cuando de la poética se trata, y en este extraordinario momento, solo vale dejarse llevar por tu poética!
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Gracias, Nuria del alma!!!!

Calaverita Mateos (Esquel)
www.calaveralma.com.ar

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