Discúlpenme por emocionarme, tal vez, por cosas que a usted le parecen trivialidades, pero cada vez que utilizo limón en las comidas me emociono por tan bello fruto de la tierra. Es estéticamente hermoso, sus colores y tonalidades de acuerdo al estadío y su sabor ácido son un regalo del universo. Además, aunque segregue usted saliva y se enoje conmigo, le confieso que suelo comer limón puro con un ácido placer desbordante y único.
Calaverita Mateos (Esquel)
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