Desde que te vi, tengo tanto bonito Otoño en mis pupilas, que cuando me subo al árbol a dormir una siesta artesana de tus rostros, las hojas amarillas de envidia, desde lo alto de la copa, se suicidan celosas.
* Imagen del filosofo de la tinta y el corazón, Troche.
Calaverita Mateos (Esquel)
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