Las noches ya no parecen ser tan valientes como antaño. Lloran su propia oscuridad, le temen a la ausencia de la tenue luz de la alternancia.
Pronto, una banda de somnolientas luciérnagas, llegará desde las lejanas tierras de hielo, blanco y hielo. Dicen que vienen a empapar con un poquito de luz, nomas.
Las noches, entonces, serán valientes.
Calaverita Mateos (Esquel)
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