Oh, Tapita de Lata, tu que soportas, estoicamente, la presión de los impíos gases que pujan por exiliarse del envase, sólo por conservar el sabor original de la bebida que proteges.
Oh, Tapita de Lata, tu que soportas el desarraigo forzoso de la boca de las botellas, sólo por nuestro deseo de beber.
Oh, Tapita de Lata, algún día comprenderemos tu vital importancia y no te desecharemos en las calles, en los cestos de basura y erigiremos un monumento honrando tu labor de aguante ante tantas presiones internas.

Calaverita Mateos (Esquel)
www.calaveralma.com.ar

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