Cuando los siglos no eran siquiera el esbozo del tiempo y el espacio, la sabia Noche ya respiraba universo.
Angustiada por la infinita soledad que la habitaba, custodiada por el alma celosa de las almas sin alma que sólo soñaba con ser alma en calma; decidió beber del néctar de las lagrimas de las estrellas que ya habían fenecido.
Comprendió la Noche, mientras bailaba el vals del silencio con la Luna, que al cosmos le faltaba latir.
Entonces, tronó el Kultrun. Bajó el suspiro de la Noche montada a lomo de Viento, besando con sus labios de fuego el Agua de los bravíos ríos que amamantaron la Tierra, y ella sus frutos.
Por vez primera, la Noche sonrió. Por vez primera, el Día la abrazó. Por primera vez el Universo comprendió que la belleza brotaba desbordante de sensualidad del mismo barro, y éste, luego, sería piel y Mujer.
La nada y todo, cantaron en coro, Mapu.
Dedicado a Ina Antillanca, en cuya piel y mirada, descansa y palpita aquella sabia Noche.
Calaverita Mateos (Esquel)
www.calaveralma.com.ar
¡¡¡¡¡ M’na kumey wuenuy !!!!!, ka kiñe. ¡¡¡¡¡ Que bueno amigo !!!!!, otro más. Hay mucho de espíritu y filosofía Mapuche en sus palabras. Espero seguir leyendo mucho más.
que lindas palabras….muchas gracias!!!