
Aquellas maderitas flacas con narices puntiagudas de grafito, maquilladas con la piel del arcoíris; usinas garabateras de monstruitos peludos, peces voladores y palomas submarinas.
Maderitas flacas, qué manera de pelarte cual cáscara de cebolla hasta ser un enanito con el culo mordido en la espera de la inspiración y la napia fatigada de sembrar imaginación en las pampas blancas.
Hoy amaneció con un día bello, colorido y aunque no soy creyente, me huele que hay un coso que qué se yo que cosa es que se levantó por este rincón del mundo con algunas maderitas flacas aquellas a pintar amaneceres para mi