«LA MADRE QUE NOS PARIÓ» – (Leyenda Patagonica)

madre20tierra
En la parte de atrás del «Cerro 21», en Esquel, cuentan en voz baja los viejos habitantes e incluso algunos esquiadores que osaron asomarse por detrás de la espalda del centro de esquí «la Hoya», existe el secreto de la Vida.
Este misterio está, según dicen, custodiado por pequeños seres, parecidos a los duendes, cuya característica principal es la de mantener entre ellos solo relaciones entre los del mismo sexo, son conocidos estos duendes como los «Gnomosexuales».
El Historiador, Antropòlogo y costurero suizo Francisco Milón, asegura haber atravesado la frontera del cerro y tras mantener negociaciones con los Gnomosexuales (en los potreros se habla de un affaire con el Historiador), le permitieron conocer el secreto de la Vida.
A su regreso, Francisco Milòn fue consultado por los vecinos, pero se negó rotundamente a mencionar palabra alguna. Dijo, Francisco, que en un año las revelaciones de tal viaje iban a ilustrar las páginas de un libro.
Efectivamente, luego de un año y medio, salió a la calle el libro «Y estaba ahí nomas, bolò», fruto de su periplo e investigación de las tierras más allá del «Cerro 21».
Francisco Milòn hizo pública su relación con un uno de los «Gnomosexuales» y se paseó con el duendecito por programas cholulos destinados al mundo Gnomo, como «Intrusitos» y revistas de la misma calaña como «Gentecita» o el «Paparazzitito».
Pero lo importante no era esa relación, sino el contenido de la investigación vertida en el libro.

Cuenta, Milòn, que luego de las negociaciones con los duendes, fue conducido hasta un valle pequeño detrás de unas formaciones rocosas y ahí vio lo que nunca más olvidaría. Una mujer completamente desnuda, recostada en el suelo, tomando un vaso de Whisky y fumando un extraño cigarro.
El pequeño guía la señaló con respeto y los presentó, Doctor Francisco Milòn, La Madre que nos Parió, La Madre que nos Parió, Francisco Milòn.
Quedaron conversando con la Mujer desnuda un largo rato, mientras el le comentaba que las culturas orientales y los pueblos originarios de todo el mundo hablan de la Pachamama, la Madre Tierra, el Ying y el Yang, como un símbolo del inicio de la vida en todo sus sentidos.

– Efectivamente – le dijo ella – Sucede que la cultura occidental, especialmente la católica a desviado el camino y el sentido del origen de la Vida, para alejarlo del alcance de los mortales, quienes en definitiva son hijos y padres de la Vida, también, por lo tanto tienen cada uno de ustedes la misma responsabilidad que yo.

– Y ese Whisky y ese cigarro – le preguntó Francisco.
– Ah, me encanta beber y fumar luego de morfar o hacer el Amor.

La miró, sonriendo y pensando que a veces nos alejamos tanto, pero tanto del origen, que confundimos lo místico con lo lejano o impoluto y se le escapó en voz baja la frase:

– «Y estaba ahí nomàs, bolò» –

que fue escuchada por la Madre que nos Parió y acto seguido le dijo al Antropologo,

– Ese será el titulo del libro que publicaras contando este encuentro –

Exactamente un año después de esa conversación, un sábado a la noche en el hall de entrada de Casa los Vascos, con músicos esquelenses de invitados y vecinos de la zona, fue presentado el libro «Y estaba ahí nomàs, bolò».
Las ventas y ganancias fueron donadas a la construcción de una canchita de fútbol a dos cuadras de la escuela Politécnica.

Calaverita Mateos (Esquel)
www.calaveralma.com.ar

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.