Tengo un hormiguero en la memoria. Cuando me la rasco con las pestañas, veo hormigas obreras trabajando en el recuerdo de vos.
La hormiga más amiga trae tu boca y su saliva.
La hormiga más vieja carga los murmullos de mis versos en tu oreja.
La hormiga con antojo en su lomo con la mirada de tus ojos.
La hormiga más sotreta no se olvida de mi sed y me arrima tus tetas.
La hormiga que pinta con barniz me aceca la punta de tu nariz.
La hormiga que tiene razón, me deja cerca tu corazón.
Si espío por el agujerito del hormiguero de esta memoria, veos poquito a poquito como se arma el recuerdo de vos.
Inspirado en el dibujo del filosofo de la tinta y el corazón, Gervasio Troche.
Calaverita Mateos (Esquel)
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