Y le rascó la garganta al mástil de su guitarra hasta hacerla toser la adrenalina, furia y diversión.
Para hacerla gruñir, la bajó hasta que las cuerdas, prácticamente, besaran el suelo, mientras sus rodillas se quebraban de rockera emoción.
Tanto, pero tanto ruido hicieron sus simples truenos camuflados en acorde, que hasta Elvis Presley se levantó a poguear en el cielo de los que no pasan inadvertidos.
Revoleó su flequillo y corte pelela al ritmo de los riffs filosos que le cortaron la apatía burguesa a los viejos vinagres.
«Un día como hoy, pero de 1948, nacía John Cummings, más conocido como Johnny Ramone, quien fuera el mítico guitarrista de los Ramones»
Gracias, Johnny, por tanta ruidosa alegría que, hasta hoy, viene serruchando los parlantes.
Calaverita Mateos (Esquel)
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