Cuelgo mis nacimientos en cada gota suicida
la lluvia, que reniega furiosa, resucita génesis
el ocaso de los cuerpos hurga desde los confines
en los surcos de los relámpagos ciegos
Caudaloso y hambriento río de horizontes
abarco ambas orillas. El cauce convoca.
Soy presencia en la ausencia de los siglos
aunque mueren, incesantemente, las muertes.
La tormenta de inagotables melancolías
está llegando al final del circulo de la trama
mueren los nacimientos que he vivido en la lluvia
por lo tanto, en charco y tiempo, el diluvio es Ser.
Calaverita Mateos (Esquel)
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