Y en el centro del bosque de su soledad se arremolinan las almas que tanto la lastimaron, pero dos jirafas que besan la luna y el sol la protegen del frió.
Duerme, miel de calafate, que las horas donde el tiempo olvidó el silencio, las palabras de una libélula invisible las leerá.
Calaverita Mateos (Esquel)
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