Hace unos dias recibi visita. Vinieron las nietas de mi marido.
La mayorcita Sol, de nueve diez años, espontánea y curiosa, le gustan los animales y la biologia, entre otras cosas, después de preguntar y repreguntar y opinar, me cuenta que las jirafas no tienen cuerdas vocales,
lo cual nos quedamos comentando si seria por el largor de su cuello o por qué otra razón.
Pensé en mi interior que nunca me habia percatado siquiera de ese detalle y me fascinó que ella lo tuviera tan en cuenta. Era como una conversación de descubrimientos.
Charlamos un rato más entre las risas y gritos de las hermanitas menores sobre arañas, perros,y hormigas caramelo va caramelo viene y después de un tiempo largo sentadas en el patio de la casa, me señaló la luna. Redonda como el queso. como un plato.
mi pequeña científica se retiró después en compañia de sus hermanas, me dejó pensando.
Cuántas charlas más nos regalaria la vida en su vorágine. Hasta la próxima, changuita loca.
(Ceci Descalta)