New Orleans – 5 de marzo de 2020

Hola, mi Cuchi Cuchi sureño
Estoy en New Orleans en virtud de las grabaciones de la última película, siempre respetando las medidas preventivas, en la habitación del Hotel, son las 12 de la medianoche y estoy bastante desvelada, creo que hice mal en bajarme de una sola vez la caja de medio kilo de los deliciosos chocolates del mundo en rama, de Dulzuras de Esquel que me mandaste, son lo mas!!!
Recién acabo de cortarme las uñas de las patas y sacarme la tierrita que queda debajo de las uñas con el mismo escarbadientes que usé en la cena del restaurante del hotel y la verdad que quedan limpitas. Gracias por enseñarme esos trucos esquelenses de higiene.
Te cuento que estamos con Quentín Tarantino filmando la primera película de amor de su autoría y y es sobre la historia nuestra, ya que el quedó fascinado cuando te conocimos en el océano Pacífico. La película ya tiene titulo:
“The Tóronj of Cálaverit and the Charlie’s Cáchuflet”
(A love story)
Recuerdo que Tarantino, Morgan Freeman y un grupo de actores íbamos de paseo en un crucero por el medio del océano cuando de repente un barco pesquero japonés se cruzó persiguiendo ballenas para cazar con arpones, pero de repente apareciste vos solito, en bolas, arriba de una cámara de rueda de camioneta remando con las manos, entonces te paraste bajándote los pantalones con una mano sosteniendo la perca sin espinas y con la otra, una bandera a modo de vela que decía:
“Paren la matanza de ballenas a montones
soy de grin pis y en mi voz el mundo se anoticia
en lugar de andar con sed de dinero y arpones
mejor a este cogote de choique dale una caricia”
Y ahí el mundo cobró sentido para mi y Tarantino vio el futuro del cine en tu lucha e hidalguía. Luego de frenar el buque japonés, te rescatamos y subimos al crucero, te viniste a mi camarote a bañarte y descansar. Recuerdo cuando saliste de la ducha, con la toalla atada a la cintura, pero sin poder ocultar el tobul salado, me miraste a los ojos con dulzura y me recitaste el poema más bello que una mujer pueda recibir.
“No tengo dinero, patrón ni destino
solo te pertenezco a vos, hoy y mañana
en señal de mi amor a vos te arrimo
este jabón en barra para tu palangana”
Lloré de alegría y amor, me quité la ropa y nos sacudimos las pilchas toda la noche, dimos cátedra de cama Sutra, sillón Sutra, mesa Sutra y todos los sutras que existen.
En la mañana temprano te despertaste ya que no podías dormir por los pedos nocturnos que yo me tiraba, es que el caviar me produce gases y sabaneámos un poquito para evacuar el olor y luego de desayunar y volver a serruchar como descocidos, el crucero llegó a tierra firme en donde Tarantino te habló de la película sobre nuestro Amor, vos firmaste el contrato, nos abrazamos y nos despedimos no sin ocultar un llanto de dolor por la separación.
Bueno, mi Cuchi Cuchi sureño, mi alma, mi vida, mi toronjita salvadora, creo que ahora si tengo sueño, me voy a dormir ya que mañana están invitados a comer Tarantino, Bruce Willis y Uma Thurman un guiso de chuletas de guanaco con entrada de picana de ñandú, con receta del Doc. Ricardo Piegaro, que me mandaste el mes pasado con Daniel Carmona que ya está sacando fotos acá en USA, aunque cada vez que las saca, son de las casas de fotografía que las tienen de exposición y este amigo tuyo se las churrasquea y sale chiflando.
Te amo hasta el cielo ida y vuelta, te extraño!
Pd: Por favor en la próxima encomienda mándame un par de dulces de Paso Ancho Berries, ya que se le terminaron a Kevin Costner y se pone pesado diciéndome que te pida mas. Gracias.
– Fin –
Calaverita Mateos (Esquel)
www.calaveralma.com.ar
Esta piba siempre tuvo la manía de manotear recetas. Una tarde de otoño, mientras nos desvencijábamos, en un escritoriodeconsultorio-sutra, sonó la sirena de alarma, oímos gritos y corridas, ambulancias, patrullas y helicópteros sanitarios solicitaron mí pronta asistencia. Ella se vistió rápido, cómo pudo. En el apuro manoteó una receta ( como para llevarse un recuerdo de aquel interruptus). La vocacióna me llamaba. Por suerte rece-veo ahoy- la receta tuvo un buen destino. El sacerdocio es así.