(En el día de su cumpleaños número 3)
* Desde el anillo cinco de Saturno, Lunes 3 de junio de 2016
Hola, Loquita cósmica de mi vida!!!
Si, ya se, falta algún tiempo para que sepas leer y escribir, pero según el secreto que me contó una gotita de rocío que se posó en la pestaña más larga de mi ojo izquierdo esta mañana, en las noches estrelladas de luna llena y corazón contento, tu almita suele escabullirse de tu cuerpo y salle de parranda con los duendes y cascarudos del jardín a recolectar canciones de magia que cuelgan del techo del universo nocturno y ahí, justo en esas horas de sueño, olfateas las palabras que a veces tu padre suele olvidar entre sus olvidos a la intemperie.
Entre muchas confesiones de padre torpe, debo decirte que no muchos años más atriqui ni por casualidad me imaginaba en un futuro como padre, no lo quería, no deseaba tener que tener responsabilidades sobre otras personas, menos con hijos, ya que creía que iba a perder la libertad de linyera doble tracción que venían trayendo las las alpargatas de mis huesos; pero el diccionario “No entendes una bosta” que me acercó la Vida logré encontrar la definición correcta y precisa de la palabra “Libertad”, que dice lo siguiente:
“Dícese de las carcajadas torrenciales que emanan de una hija y su padre al evocar el sonido de un pedito burlón, en una reunión de grandotes aburridos”
Traducida esta definición a la lengua de los neneos abuelos que charlan con sus nietitos espinas, podemos decir que la Libertad, amor de mi vida, es la expansión infinita, loca y luminosa del ser en y con el ser del otro, expandiendo las energías vitales y particulares de cada personita en la comprensión de un universo diverso lleno de placitas de barrio con juegos simples, complejos, divertidos y extremos que en ocasiones nos llenan de felicidad y en otras nos hacen golpearnos la rodilla del alma, también.
Es por eso que encada despertar, cuando la noche tiene ganas de apolillar y el día viene pidiendo pista por atrás del Nahuelpán, mientras camino en la soledad de la ruta Trevelin/Esquel, se enderezan mis torpezas al saber, ahora si, que la Libertad ahora, con tu vida en mi vida, es precisamente la Libertad más pura y grande que he conocido en estos treinta y diez año de insolvente vida.
Trescientos sesenta y cinco días multiplicado por tres me da un número igual a la cantidad de pañales que atajaron hace tiempo las caquitas de los entripaditos y, dividido por los chupetes que se han extraviado entre las sábanas de aquella cuna, nos encontramos con la cifra Pi, que es casi te diría el infinito que es, también, el número de abrazos y besos que nos venimos dando a diario en el almanaque con hojas de otoño donde anotamos nuestros días sin días.
Eso si, my love, no te vas a llevar de arriba todos estos elogios de cataratas de baba de un padre enamorado de su hija, sino que voy a sacar los trapitos al sol de nuestra relación, para ser justos y equitativos.
Ambos tenemos la mecha corta y el carácter de mierda cuando nos calentamos y somos de calentura fácil, pero como no decir que en esos enojos de ceño fruncido y trompita de topo hurgando tierra sabemos sacarle el jugo al clawn que maneja nuestra seriedad cuando ésta anda demasiado agrandada y ahí nomás le pegamos dos o tres cachetadas de risas para volver a revolcarnos en un cosmos nuestro, muy nuestro, donde no hay arribas ni abajos, no existen los lados ni las horas, sino un oficio de miel y cariño donde los ladrillos se fabrican con la esperanza de las felicidades por venir y las tristezas que seguramente nos harán zancadillas en la vereda de la existencia.
Ando seco de consejos y medio baqueteado de ordenes en esta bolsa de experiencias e inexperiencias que es tu padre, pero si puedo tirarte dos centros al área de tus tricotas vueltas al sol. Primero, hacele un collar de caricias a tu Madre que, entre nosotros, sabemos que la muy guapa es capaz de parársele de guantes a la Mujer Maravilla y sacarle algunas estrellas de ese ridículo traje yanqui para adornar una torta de cumple, sin despeinarse. Ella, tu Madre, tiene la certeza de los cometas y la precisión de la sabia naturaleza para darte la mano al cruzar la bocacalle del crecimiento. Respecto de tu Hermano, Fran, te cuesta y costará un poquito entender el idioma de los genios al cual este planeta les queda demasiado chico, pero eso si, te va a enseñar a cantar, pegarle con chanfle a la pelota mejor que Messi, además de darle vuelta la cara a un mamut si ese paquidermo quiere despeinarte medio rulo de tu ensalada de resortes amarillos. Ah ¿pensabas que me olvidaba de Noah?, no no no, India querida, es tu Hermanita que viene tomando distancia desde la panza de tu madre para patear el penal de la felicidad que va a marcar el gol de nuestras vidas, Fran, Gaby, Calavera y vos. No te olvides de enseñarle a ella que bonito es mirar el cielo y los árboles.
Bueno, bueno, bueno…debo tomarme un café y seguir con lo que se viene en el día, pelotero, pendejeada y comilona en este maravilloso día.
Antes de irme, siempre recuerda los acordes de algunas notas musicales de este simple pensamiento de un padre punkie que tiene la cresta más erguida y orgullosa que nunca con cada paso que damos juntos. Nunca olvides hacerle ole a a las fauces del dinero y la bisutería berreta que lo viste y hacele pito catalán a la propiedad, sus garras intentarán acerté creer que cuanto más billetes, cuentas bancarias y billetes tenga una persona más feliz será, pero vos elegí siempre que puedas esa huella de tierra, por donde andan los choikes, los guanacos, los cóndores y el viento libre de la Patagonia que es el viento que nos educa para conocer el planeta todo, acordate bien, pero muy bien, que tu mayor inversión es las horas dedicadas al Juego, a las caricias, al Juego, a las artes, al Juego, a las ciencias, al Juego, al Amor…al AMO. Ganá tu tiempo en observar la lengua del colibrí, silenciosa como el saber obteniendo con permiso el polen de la flor; acaricia la piel de un copo de nieve antes que caiga al suelo ya que ahí se encuentra la biblia de nuestro origen; no le des la espalda al oprimido, sino que luchá hasta el final por la equidad hasta en los hechos más simples de la niñez ya que nosotros solemos dejar algunas basuritas en el camino de nuestras enseñanzas y que vos tendrás que limpiar personalmente; no avances a los codazos ni a los cabezazos, usá los codos para caminar entrelazados con los brazos del Otro y la cabeza para meter goles en el área chica del conocimiento alternativo cuando la sabiduría más bella, esa que anda descalza y sin equipaje, te tire un centro desde el córner de esta cancha de barrio que es el barrio universal. Finalmente no le mezquines besos y abrazos a los seres queridos y a los que no te quieran, también, dicen que estas dos herramientas no se gastan ni oxidan y además te suman porotos en la partida de truco del debe y haber en la malegría de la life.
Uy, mi ensaladita de rulos amarillos, se me fue el tiempo, el café se me enfrió y me parece que escribí demasiadas cosas que no se si te van a interesar cuando sepas leer y escribir. Nada, sólo decirte lo más importante y necesario para vivir una mejor vida aprovechando estas palabras. No te olvides nunca de seguir jugando con tu Papá a tirarnos pedos y reírnos, si es posible en la cola del banco o en la sala de espera del odontólogo.
Feliz cumple, Pocholota cósmica de mia alma y sentido sin sentido de mis existencia…Te amo hasta el cielo ida y vuelta y esquivando el cielo para seguir mucho más allá, también.
– Fin –
Calaverita Mateos (Esquel)
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