Amanecen las historias sin historia,
aquellas a quienes le punguearon el agua, el pan y el vino de sus savias
Amanecen las historias sin historias,
vienen con el cogote de de las esperanzas apretado, pero respirando, al fin
Amanecen las historias sin historia,
y los Amos reculan sus colmillos, miedosos, acovachan sus látigos
Amanecen las historias sin historia,
la noche cobija nuestros tambores, la carne, el cuero y el pecado se desvisten de candados y cadenas
Amanacen las historias sin historia
entonces, los pueblos cantan detrás de las máscaras que denuncian, riendo, lo que tanto lloraron
Amanecen las historias sin historia,
soñando que el Amo se seca en soledad, mientras el canto florece en las calles que reescriben la hitoria de los sin historia.

Calaverita Mateos (Esquel)
www.calaveralma.com.ar

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