Hemos crecido mucho, con el esfuerzo del conjunto de los argentin@s en el sostén de la Democracia. El espacio público ha sido conquistado por la pluralidad de espacios políticos, organizaciones sociales y colectivos culturales para defender nuestros derechos.
La Democracia es un músculo que se ejercita a cada paso que damos, y en ese caminar nos acercamos a uno de los momentos más decisivos de nuestras vidas y de la vida que pretendemos para nuestros hijos, sobrinos, nietos y futuros abuelos, es por eso que el sobre que ingresará en la garganta de la Democracia con la boleta de un candidato, de un espacio político, en esta ocasión y más que nunca no representa a una persona, a un dirigente, a un político en particular; sino algo mucho más importante, ese Voto debe expresar un salto de calidad en nuestra concepción democrática, un punto de encuentro, de equilibrio entre las herramientas del cerebro y sus aliados de la razón y el pensamiento de la mano con las pasiones, las emociones y la sensibilidad. Nuestro Voto, que será el hogar que le dejaremos a nuestros hijos, no expresará una elección de un espacio político perfecto, la Democracia no es perfecta, es perfectible, y en esa confluencia de la razón y el amor, desvistiéndonos de nuestras broncas y egoísmos, tenemos que optar por el espacio que garantizará poder avanzar hacia un país más soberano, justo, con mayor igualdad de oportunidades y, sobre todo, qué espacio nos brindará la oportunidad de discutir, expresarnos, quejarnos y disputar nuevas conducciones si es lo que se quiere.
Está claro, no hay dudas, un modelo con sus contradicciones y errores despliega las posibilidades de interpelarlo, de profundizarlo, desde nuestras propias herramientas como argentin@s y latinoamericanos; el otro, en cambio, expresa las antiguas concepciones que digitaron desde afuera las directrices que nos llevaron a los fracasos más contundentes de nuestra historia, buscando siempre la orden de las fuerzas económicas concentradas sin caras ni humanidad.
No hace falta que le cuentes a alguien donde irá tu Voto, aún tenemos el derecho al voto secreto, y en ese encuentro con vos mismo, donde nadie te llenará de chicanas ni agravios, colocá en el sobre un subibaja imaginario donde el corazón y el cerebro se abracen y abracen un destino en común para tod@s los argentin@s que nos permita abrazarnos en todas nuestras diversidades, en todas nuestras diferencias, en toda nuestra pluralidad, en todas nuestras potencialidades. No dejemos que as broncas personales o situaciones personales nublen la mirada de la más noble vista de la Democracia hacia el futuro.
El voto en blanco es una opción, claro está y es una opción legal, pero hay que hacerse cargo de no ser tibios y emitir nuestra apuesta hacia un verdadero futuro entre todos los argentin@s y no una apuesta a los slogans, privilegios para pocos y tristeza para muchos.
Sin dudas, mi Voto va para la continuidad de este Proyecto Nacional y Popular, ya que quiero más derechos y que mis hijos, hijas y la de los cercanos tengan posibilidades de crecer y transformar aquellas cosas que no pudimos, aún nosotros, y yo poder seguir peleando por más derechos e inclusión y, obviamente, seguir peleando desde adentro todas aquellas cuestiones que deben ser corregidas.
Voto al FPV para sonreír y trabajar, no voto al Pro por la razón que el Amor no encuentra ahí un sostén para continuar caminos de utopías y logros para la mayor parte de los habitantes de este bello país.
* Pensá y Amá mucho en este voto, pero mucho mucho de verdad!!!!…Gracias.
Calaverita Mateos (Esquel)
www.calaveralma.com.ar