Locro, locro, locro, cuando anochezca en tu poroto soledad
por la ribera de tu mesada vendré, con un chorizo
y un tintón a desvelar tu corazón
Locro, locro, locro, como un acróbata del diente saltaré
sobre el abismo de tu olla hasta sentir
que enloquecí tu colesterol de verdad
Locro tu…locro yo…
Calaverita Mateos (Esquel)
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