Esperarte, mi Vida, ha sido la labor más ardua en la que incurrido infructuosamente. En vano, he contado cada grano de arena del antiguo y rustico desierto, esperándote. Bailé al son de los péndulos de las culturas más sofisticadas, ansiando tu arribo.
Y aunque hoy, enfadados, los alquimistas de los caprichos de las agujas del reloj vociferan insultos, para que devuelva al Universo el tiempo que está en mis manos, estoy convencido de la sentencia de Borges:

«Estar contigo o no estar contigo es la medida de mi tiempo».

Calaverita Mateos (Esquel)
www.calaveralma.com.ar

Follow