🥚💞 El amor es una huevada 💞🥚

Egg with expression, Eggs express love

Te conocí en aquella clase de filosofía en la cual exponías sobre la teoría del Doctor Eggsman:

“¿Quién fue primero, la gallina o el huevo?”

y me enamoré inmediatamente.
Nos conocimos charlando en aquel café sobre la trágica historia de nuestras familias, la tuya había sido batida a duelo en una casa de repostería que la hizo torta para cumpleaños, la mía murió de tristeza cuando su casa fue expropiada y usada, vilmente, en una pared para la buena acústica de un estudio de radio.
Ahí, te enamoraste de mi.
Muchos me decían que nuestro amor era pura cascara, nosotros, en cambio, sabíamos que vos eras clara conmigo respecto de tus sentimientos y yo, era obvio, estaba hasta los huevos contigo.
Una noche unimos las yemas de nuestros dedos en clara señal de amor eterno.
Tuvimos dos niños hermosos, les regalábamos huevos de pascua y le leíamos el cuento del dedo que se robó un huevito, a dúo.
Un día fuimos separados brutalmente por agentes de la Sociedad Comercializadora de Huevos Argentinos, tu fuiste llevada a una casa de repostería, yo a una fábrica de huevos de pascua como modelo esclavo.
Pasaron días eternos tristes, grises, te buscaba en cada torta, en cada rosca de pascua, pero en vano, ya que siempre hacia huevo.
Un día, me metieron en una caja de huevos con otros huevones y me introdujeron en una heladera de una cadena internacional de supermercados. El frío comenzó a matar uno a uno a mis compañeros, cuando de repente oí una voz que me gritaba: “Amor…Amor…¿estás ahí huevoncito?” y me di cuenta que estabas en la caja de huevo contigua a mi.
Los últimos sobrevivientes de ambos habitáculos nos ayudaron con las ultimas fuerzas a que quedemos en los bordes de los recipientes de cartón que nos contenían. Una vez cerca, prácticamente congelados, alcancé a unir nuestras yemas y decirte que íbamos a ser recordados como los huevones enamorados en la película “Titanic”, te reíste, cerraste los ojos, luego yo.
Mientras me dormía eternamente junto a mi amada huevona, dejé una frase para la posteridad:

“El Amor es una Huevada”

📚 El Poray 📚

(Etimología y origen de la lengua patagónica)

Notoria fue la labor del Profesor Sergio Clitor Isabio, en la materia “Hablá bien o te Cago a Palmazo” de la Universidad Esquelense “Conch Supico”.
Isabio plantea en su tesis doctoral “Hablamo como el orto, pero se entiende igual” que el término “Poray” es anónimo, de carácter popular, pueden rastrearse algunas de sus fuentes etimológicas en la lengua de los Esquelenses :
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 “Por”: Abreviación de Porota, primera cartógrafa patagónica que vivió en el Barrio Ceferino, creadora del primer mapa del Pueblo de Esquel.

 “Ay”: Concepto articulado por el Biólogo especialista en Sobacos de Piches, John Teodoro Whashington, donde se coloca la letra “A” y la letra “Y” como extremos de un campo de posibilidades contenidas en las restantes letras del abecedario (Cabe aclarar que el Doctor John siempre tuvo fobia a la Zeta hecho que produjo la ausencia de la misma en su particular observación del abecedario español.

Entonces, la conjunción semiótica y semántica de los postulados “Por” y “Ay” denotan dos enunciados significantes con sendas características propias y articuladas al mismo tiempo, es decir, por un lado “Poray” alude a la señalización de una ubicación un tanto amplia, pero fidedigna. Por otra, “Poray” deconstruye la estructura de la distancia y el tiempo tramado por la cultura occidental imperialista y ubica una situación u hecho determinado dentro de una línea de tiempo no verticalista, sino que ofrece una gama de posibilidades más horizontal y oportunidades temporales casi sin limites.

Ejemplo ejemplificador que ejemplifica:

🧔: Hola, viejita’Lagua.
👨‍🦳: Qué hacé, boló.
🧔: Che, ¿vas a ir a ver el recital?
👨‍🦳: Poray voy.
🧔: ¿Toca @paillacaneduardo ?
👨‍🦳: Poray…
🧔: ¿Y toca @pattosymphonia ?
👨‍🦳: Poray…
🧔: ¿ @fueggoinmensoreggae  toca?
👨‍🦳: Poray, nomá.
🧔: Entonces, Poray voy.
👨‍🦳: Buenísimo, Poray vamos juntos.

⛵️ Calle pena, barquito coraje ⛵️

En Esquel, en el Barrio Estación, cerca del tanque de agua de la Cooperativa, existe una calle, mejor dicho, un pasaje sin nombre. Su extensión oscila entre los cien y los doscientos metros dependiendo de la temperatura ambiente.
El Pasaje tiene una inclinación, una pendiente que desemboca en una gran avenida, a los pies de los cordones constantemente circulan dos hilos de agua, uno por cada cordón.
El agua aparentemente es salada y no se debe a ninguna perdida ni desagote, las breves corrientes son en realidad las lagrimas de los hijos y nietos que no alcanzaron a conocer o a despedir a sus padres y abuelos fallecidos.
En las tardes de sol o de lluvia, los niños de Esquel tienen permiso para subir solos hasta el barrio Estación, caminar hacia arriba el pasaje sin nombre, una vez arriba, escriben una carta para el abuelo o padre que no tuvieron la gracia de conocer, les cuentan los nombres de los compañeritos de escuela, las travesuras en los baldíos de sus respectivos barrios, los goles convertidos el fin de semana pasado y los primeros amores que nacen ya.
Con las mismas manos construyen improvisados y simpáticos barquitos de papel y los depositan en los hilos de agua salada al borde de ambos cordones y éstos navegan hasta desembocar en la gran Avenida, cerca del tanque, y se pierden en alocado descenso sobre la superficie del río de lagrimas que pretenden hablar a los seres queridos que ya no están.
Gracias a esta calle, los niños de Esquel no lloran en vano.