🧵 Mi abuela zurcia medias y memoria🧵

En la cocina de casa, en el fondo de un cajón geriátrico donde van a internarse todos los ancianos objetos de mi casa, entre decenas de chucherías jubiladas, encontré una cajita de madera sencilla y discreta. La extraje y la llevé hasta la mesa, se trataba del viejo costurero de mi abuela.
Saqué un dedal herrumbrado por el olvido, una aguja sin el oficio de las horas y un carretel con hilo marrón con el cual mi abuela zurcía mis pantalones de gimnasia maltratados en los fulbitos de la esquina de mi cuadra.
Esforzando la vista pude lograr la copula del hilo y la aguja y en ese instante, precisamente ahí, se enhebraron los recuerdos de la vieja de mis viejos sentada en aquella vieja silla meciéndose al compás de los zorzales en el jardín y unos Chalchaleros en la tozuda Spica, cociendo las medias de los nietos que alborotarían la casa, zarparían al océano del patio, explorarían los confines del barrio para remendar los agujeros que el tiempo le roba a la memoria y comprendí que la viejita con su dedal, hilo y aguja más el sabio silencio había cocido el guión imaginario entre su partida y mi búsqueda en el fondo de un cajón viejo de mi casa para recordarla en la labor noble de zurcir los sueños y los recuerdos de nuestras vidas.

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