
No tengo nada para ofrecerte que pueda deslumbrarte y aun menos enriquecerte, sólo algunos libros viejos, lápices usados, una libretita Norte anillada, donde garabateo mundos que el mundo nos prohíbe.
No tengo nada para ganar tu corazón y es que no quiero ganarlo, sino garabatearlo y hacerlo más libre, mientras vuelo con vos, de la mano de las hojitas de mi pequeña libreta Norte anillada.