💄Comando Las ni en pedo nos olvidás💄

De vez en cuando, casi siempre en las noches lijadas por la soledad, descorchan sus mañas los fantasmas de añejos amores.
Hacen fila india para clavar sus colmillos de marfil en el cogote de la Bic que tose y tose tinta con ganas de buscarle camorra al cuore retobao y así, montadas en las alas de cachañas quilomberas, regresan a hacerle pito catalán a los alzheimer del corazón.
Vuelve la Doctora en caprichos a empardar mis caprichos y a erosionar la siesta de las tranquilidades.
Bailando murgas aparece por la esquina la chismosa envuelta en su lengua filosa, dardeando verdades de cotillón y mentiras con escenario.
Remando en contra de un río de lagrimas viene la Poeta en su velero de versos y prosas.
Montando guardia en la esquina de Libertad y Canadá hace pucheros la Licenciada en celos.
Se dan un beso de lengua furioso la morocha que se viste los cuernos que le regalé en una voltereta de burdel con la gringa que me dejó la sabiola como un alce cada vez que se me daba por parpadear.
Sacan pecho las desopilantes arquitectas de las bombachas con entrada libre y gratuita, pero vienen también las calladas y tímidas que destapan sus perversiones cuando renguean las luces y los barullos.
Salta por detrás de un poste de luz la princesa desprincesada, pensé que se había olvidado, pero no, otra vez me guiña el ojo la que me dice ni en pedo te enamores de mi, mientras le paga mi viaje de ida y no vuelvas más al taxista.
Hacen bochinche en mi capocha y alborotan el corazón tantas bombachas inquietas, pero le ruego dos oraciones y media a la Santa Melancolía para que no las deje encallar en el arrecife de los olvidos, sin ellas no hay tinta, no hay palabras, no hay arte, no soy.

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.