(Club social y cuelguistico de Esquel)

Anoche, aprovechando la cercanía de las nubes que bajaban a beber calor de las chimeneas, pude atrapar algunas de ellas, les di agüita, pan y unos mimos.
Hoy me levanté y las saqué a pasear por la ciudad, las lleve a las oficinas de mis amigos, al almacén a comprar fiambres y al contador quien me tenía que entregar una rendición de cuentas de mi fábrica de pupilas arcoíris.
Varios de los visitados, sorprendidos, me dijeron que por fin entendían la razón de mi colgadez, así que pidieron permiso y junto a sus jefes se tomaron el día libre. Les regalé a cada uno una nube, entonces salimos a flotar por los cielos de la ciudad de Esquel en busca de más Colgaus.
Nos encontramos con algunos locos lindos cantándole a la luna, aún durante el soleado día, también chiflados contando los panaderos, cual paracaídas, migrando sobre el lomo del viento.
Si tenes unos segundos disponibles, detente, bajate del auto, mirá para arriba y tal vez nos veas entre las nubes, andamos con la lapicera y el talonario de adscripción, por este mes no cobramos los diez caramelos de limón que se debe pagar en la primera cuota para ser socio de Los Colgaus.

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