Siempre, como una tarascon de la melancolía, me muerde el pescuezo tu chau, nos vemos pronto.
La marea alta me empapa de besos, de miradas filosas, de amores que serán y de promesas pret a porter.
Pero la marea baja se afana los te quiero, las cabronitudes campeonas del mundo y los disculpame, no te quise lastimar.
En el codo calle a calle somos mucho mas que los este pifie de Benedetti.
Somos la risa y el ridículo de esa risa.
Somos la pena y la tierra que bebe esa pena.
Somos.
Pero te vas, Chiquita, y te juro por las películas de Ed Wood y los whiskys con dos hielos y medio, que el Corazón se monta a mi lomo y pesa.
Me pesa mucho.
Pero aun así, te espero.
Calaverita Mateos (Esquel)
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