Una noche de mayo, templada, con pecas en el techo de la galaxia, menos Neptuno que estaba de vacaciones, todos los planetas del sistema solar se sorprendieron.
Por vez primera en millones de años, la Luna no salió a pasear como la costumbre sugiere a la tradición estelar.
Dos jóvenes amantes en el banco de una plaza añeja, se besaban. Soñaban con hijos y un jardín con un girasol en el centro. Dónde estará la rueda blanca del cielo.
Tal vez, la luna, esa noche no salió por celos a los jóvenes amantes.
Calaverita Mateos (Esquel)
www.calaveralma.com.ar