☠️👿 Calaveras y Diablitos 👿☠️

Para ser sinceros, en esta bandada de cachañas bien paridas no rescatamos ni medio Brad Pitt, pero inflamos el pecho y la barriga cuando sacamos cuentas en el ábaco de estas braguetas con bozal vencido.
No es para hacer roncha en el barrio, señora, pero le aseguro que en el entretiempo de la semifinal contra los Billetera Mata Galán, tuvimos que prestarles dos jugadores y nosotros jugamos un segundo tiempo con una gamba sola y un par de noviazgos de hándicap para que el picado sea parejo.
No renegamos del aceite que perdimos en el camino, pero siempre hay un whisky que completa el tanque de nuestras serenatas a balcones con ventanas a medio bajar y faldas a medio levantar.
Ayunos de equipo de marketing, solemos anunciar nuestra llegada sin golpear la puerta ni tocar el timbre, pero se darán cuenta por la fragancia dulce del humo que arroja la chimenea del tren cannábico que nos lleva de un puerto a otro, sobre unos rieles sinuosos, en busca de princesas cansadas de príncipes azules que se destiñen al primer hervor.
La luna nos sigue alumbrando la sed de besos y las estrellas aun nos dictan poesías que dan en el blanco y, aunque le ponemos varias veces ambas mejillas a los desengaños que no cesan de cachetear, en la libreta del almacén del barrio de los enamorados nos siguen fiando esperanzas por kilo.
No meamos agua bendita, claro está, y a veces hemos abierto la canilla de las lágrimas de algún corazón abandonado al cual nos olvidamos de ponerle curita; pero nos animamos a asegurar sin cruzar los dedos detrás de la espalda, que hemos cosechado más sonrisas libres y sábanas arrugadas de risas que cuando caminamos para atrás con las patas de ranas de nuestras torpezas.
Sabemos que la luz oscura de un pezón solidario nos iluminará la senda y, al final, habrá un abrazo tierno esperándonos en los labios que no cesamos de besar.

compartir...

🧵 El cibercosturero de mi abuela🧵

Mi abuela siempre fue una canchera y adelantada, para mi que Bill Gates le copió muchas invenciones que hoy conocemos, tal el caso de Internet.
La abue tenía la primera computadora que conocí en mi vida, era una vieja lata que en su interior contenía un sofisticado sistema tecnológico disimulado en pequeños objetos.
Al levantar la tapa de lata, la parte de abajo oficiaba de pantalla, los botones de viejas camisas eran las teclas, los carreteles de hilo de coser trabajaban de baterías que brindaban energía al costurero.
Era secreto de la viejita, pero yo me daba cuenta que las agujas de diversas medidas y grosores era obvio que funcionaban como antenas de módem y las cremalleras eternas que jamás se usaban en prenda alguna, en realidad, eran las que abrían las ventanas windows de sus memorias.
Fue tan, pero tan efectiva la red que montó mi abuelita en su casa, en su costurero cibernético, que aún sigue conectándome a sus recuerdos de banda ancha.
Hoy, ordenando chucherías del galpón, me encontré el antiguo costurero que usaba la abue en vida, lo destapé y la parte inferior de la tapa de lata, cual pantalla, me devolvió la imagen de mi rostro un tanto deforme, como si procediera desde el pasado, me pareció verme de niño, entonces removí algunos botones y creo que toqué sin querer uno que era el power del costurero ya que una de las antiguas cremalleras que hacía segundos estaba cerrada, ahora su cierre estaba abierta.
Hoy, entre hilos de coser de diversos colores, me conecté a la red de redes que hace tiempo montó mi abuelita para que las nuevas tecnologías no me hagan olvidar el valor de los afectos.

compartir...

🌱 Madera de ley y poesía 🌱

(Leyenda patagónica del árbol de Tribunales en Esquel)

El silencio entre los trabajadores del edificio de tribunales es proverbial, ni los leguleyos ni el personal administrativo se atreven a encarar el tema del Árbol de la esquina, a lo sumo alguno arriesga, de reojo cuando nadie lo está viendo, una tímida explicación tal como “lo dejaron ahí por que quedaba bonito” o “se desafiló el hacha del podador y no le pagaron mas por terminar el trabajo”.
Lo cierto es que ese Árbol está ahí, erguido, como sosteniendo sobre sus espaldas el denso peso de la ley. Su marrón madera y verde abrazo contrasta con la manada de ladrillos y delirio de cemento y vidrio ordenados para ordenar a los desordenados.
Pero siempre hay una pulsión ética en los nervios de la memoria que puja por liberarse de la soledad interior para refregarse en el compartir social, es por eso que les contaré brevemente mi experiencia investigativa respecto al flaco alto de la esquina de Alvear y Darwin.
Cierta noche a la salida del boliche, con algunas botellas de vino mordiéndonos la nuca, decidimos pasar por la casa de Eugenio Leguyán a buscar un par de palas, una soga, una linterna y dos sándwiches de mortadela y queso para amainar la travesía.
Al llegar a Tribunales, nos bastaron cinco minutos para convencer al sereno que nos dejara cavar un pozo al lado del Árbol ya que teníamos una firme hipótesis que debíamos corroborar. Pala y pala contra la tierra, cabeceando cada tanto cual mormón a algunos trasnochados que pasaban en auto, al llegar al metro y medio de profundidad, el suelo se abrió literalmente y caímos por un túnel rodando hasta dar en una galería natural desde a cual emergían diversas galerías en múltiples direcciones.
Envalentonados y mugrientos decidimos encarar algunas de las galerías siguiendo las raíces del Árbol de la esquina que, curiosamente, iban desparramadas una por una por cada pasadizo subterráneo. Llegamos primero hasta el final de una de las galerías, luego a otra y así sucesivamente hasta completar unas veintitrés caminatas tras la ruta de las raíces.
Todos, absolutamente todos los túneles naturales con sus respectivas raíces provenientes del Árbol de Tribunales se entrelazaban con algunos de los arboles de las plazoletas de nuestra ciudad; y por esos brazos arrugados de madera notamos que no sólo savia corría, sino que unas luminosidades acompañadas de vibraciones o pulsaciones apenas perceptibles iban y venían desde las plazoletas hasta la esquina donde habíamos cavado el hoyo de ingreso. Eugenio y yo acercamos el oído a las raíces y nos conmovimos, se podía escuchar un susurro, un caudal de signos aparentemente auditivos que correspondían a un lenguaje jamás escuchado por nosotros (y tal vez por toda la humanidad), pero que entendíamos perfectamente, se trataba de un río de conversaciones entre los arboles de la plazoleta y el del edificio de la ley. Los de las plazoletas avisaban al de la esquina sobre los cuentos, poesías y leyendas místicas que los hombres van olvidando en la cotidianidad de la vida en ciudad, dejándolas caer y degradarse en el suelo. Los colosos de las plazoletas los absorben como al agua y los minerales, cuidan de esas historias y símbolos que construyen la diversa mirada del mundo, las alimentan y las llevan hasta los brazos subterráneos del Árbol solitario quien las bebe y en sus adentros las alimenta, engorda, nutre llevando esas poesías, leyendas y cuentos fantásticos hasta cada una de las pequeñas hojas que forman su follaje. Diez o veinte veces por día, algunas de esas hojas se desprenden del Árbol y van a caer en bolsillos, cabezas, techos de autos, de los vecinos de Esquel.
Cada tanto alguno de ellos, toma esas hojitas y entre su verdor se atreve a detener el trajín de los trámites diarios para leer la memoria de los arboles que es la del planeta que a su vez es la nuestra; entonces la poesía sigue viva y la magia no nos abandona en el Pueblo.
Casi a las seis de la mañana regresamos antes que comiencen a ingresar los trajes, las fojas y las caras serias a Tribunales, ascendimos por el túnel que caímos, nos estaba esperando el sereno con unos amargos mates para recuperar fuerza. Comenzamos a rellenar el hoyo de la esquina y cuando estábamos finalizando la tarea, el Juez Cristóbal Cuervolón pasa con su panza prepotente y sonriendo antes de entrar a Tribunales nos dice:
– Eh, muchachos, ¿estuvieron comiendo tierra? Jajaja sigan así que son una poesía al lado de ese yuyo.
Nos miramos de reojo con Eugenio, sonreímos cheroncas, y casi al unísono le respondimos a la panza y al Juez:
– Eso mismo, Señor Juez, de eso se trata, de Poesía –

compartir...

✒️😢 La pena y la poesía 😢✒️

Una pena líquida floreció al borde de su pupila color ayer, para rodar borracha y loca por la espalda de su mejilla hasta caer en la esquina de su comisura.
En un gesto de dolor en el alma del alma, los labios le soltaron las manos a la lágrima solitaria que rasguñando el mentón sin poder sujetarse a la piel, cayó en la mesa de madera, al costado del diario de ayer, quitándose la vida, mientras el mozo viejo del antiguo café se acerca y le ofrece la especialidad de la casa:

– ¿Se le ofrece una lágrima señora?

La joven, levantando suavemente su mirada y la frente pesarosa, contesta:

– No, gracias, la última acaba de quitarse la vida en esta misma mesa y con ella se llevó el último aliento de amor. Disculpe, no quiero ser verdugo de más penas en exilio de mi corazón.

Bebió un vaso de agua finamente gasificada, se levantó como quien se levanta de la silla en el pasado, se retiró del café antiguo y no volvió a llorar más.
El mozo, esa misma mañana y por primera vez comprendió qué era la poesía.

compartir...

🍑🥴 Sentirse para el culo 🥴🍑

(Amnistía del ojete)

Pobre Culo, porqué estar «normal» es estar «de cara» y porqué manifestar con nuestro rostro enojo es estar con cara de culo. Quién fue el sorete que eligió el cortacaca como metáfora de un estado no agradable de vida.
Cuál es la relación entre el orto y el malestar orgánico o existencial.
Propongo, sin cagarme, enfrentar el sentido común, estableciendo una amnistía del Culo.
No te quedes al pedo, salgamos a las calles con los pantalones bajos, mostremos con orgullo los ojetes al viento, en lugar de bocinas o cornetas, que nuestros anillos de cuero sean liberadores de flatos voladores que resuenen como motores V8 enojados con semejante injusticia de mierda.
Hagamos la revolución, que el Norte sea el Sur y que el Sur sea el Norte, que los de arriba sean los de abajo y viceversa, que la cara esté debajo de la cadera y el poto en lugar del rostro y, finalmente, cuando aplaudamos en señal de felicitar un hecho u acción, no lo hagamos con las palmas de la mano, sino que entrenemos nuestras nalgas para tan noble fin y que nos encuentre a todas las familias unidas este fin de ano.

compartir...

 💙 Dicapacidad  💙

(3 de diciembre día internacional de las personas con discapacidad)

🗣 DI gamos CAPACIDAD para:

🔊 Di Capacidad, para ser empatico con el otro y la otra.
🔊 Di Capacidad, para intentar entender las diferencias.
🔊 Di Capacidad, para saber que tus tiempos son diferentes a los tiempos del otro y la otra.
🔊 Di Capacidad, para escuchar.
🔊 Di Capacidad, para ver.
🔊 Di Capacidad, para hablar con los otros y otras.
🔊 Di Capacidad, para no hacer tanto ruido si al otro le molesta.
🔊 Di Capacidad, para jugar con aquel que juega desde otro lugar.
🔊 Di Capacidad, para quitarte los tabúes.
🔊 Di Capacidad, para sacarte los prejuicios.
🔊 Di Capacidad, para sacarte los miedos.
🔊 Di Capacidad, para amar a el, a ella, a ellos y ellas.
🔊 Di Capacidad, para amarte en un mundo diverso.
🔊 Di Capacidad, para sentirte pleno.
🔊 Di Capacidad, para generar más amor.

🔊 DI gamos CAPACIDAD para un mundo 🌎 mucho mejor para todos y todas 💙🫶🏿💙🫶🏿💙🫶🏿💙🫶🏿💙🫶🏿💙🫶🏿💙🫶🏿💙🫶🏿💙🫶🏿💙🫶🏿💙🫶🏿💙🫶🏿

📷 Francisco Novas, Facundo Quiroga y Sergio Catrihual.

compartir...

🌸🐍❤️‍🔥 Néctar y serpientes ❤️‍🔥🐍🌸

Los dedos índice y mayor, cual serpientes hambrientas, se deslizan suavemente por la piel del tallo hasta llegar a la flor, palpan los pétalos, mientras las contracciones del bulbo aspiran hambre hacia el centro.
La índice se desplaza lentamente y se posa sobre una de las orillas, mientras la anular sobre la otra, serpiente sedienta de néctar, se inclina hacia abajo, ingresando sigilosamente por las paredes húmedas del interior de la flor.
Llega la cabeza del ofidio al bulbo, se besan, mojados, entonces éste crece, rojo como el corazón del volcán, exigiendo la presencia de la índice, también.
La serpiente pulgar presiona firme aferrándose al costado externo de la flor y la meñique la imita desde la otra orilla que comienza a salpicarse de néctar, dando lugar a la húmeda labor de las reptilianas mayor, índice y se suma con desesperación y hambre el anular que puja para ser la tercera en en acariciar el bulbo hasta que rebalsa su néctar entre las serpientes bañadas y un suspiro, labio inferior mordido y unos ojos cerrados son la mística de la primavera que florece en la humedad del jardín de los deseos.

compartir...