Tengo una bicicleta sin ruedas pero con ruedas que anda para atrás mientras avanza hacia adelante al tiempo que los vecinos saludan a las aves que anidan en la copa de un árbol que pedalea sus otoños rascando las plantas de los pies de las nubes que babean recuerdos en gotas de lluvia sobre los campos de los sueños de los niños que no sueñan con ser grandes sin sueños y que me recuerda que hasta aquí no puse ni siquiera una sola coma y tengo que respirar para poder terminar de leer y subirme a mi bicicleta sin ruedas pero con ruedas.