😍🌬Hija del Viento y el Andar🌬😍

(El mantra y la iluminación budista patagónica)

Hablar del amor hacia nuestr@s hij@s siempre nos encuentra en palabras y frases hechas y, claro está, que es imposible salir de ellas ya que verdaderamente albergan los profundos sentires que se tejen en esos vínculos. Esta publicación no escapa ni pretende escapar de esos lugares, sólo pintar un sentir más entre tantos otros amores.
La life me ha puesto, con cariño, una patada en el ojete y marcado con un sello de culo y cerebro inquieto, que se me hace imposible estar sin buscar, conocer, en definitiva experimentar y andar la vida que es tan guacha pulenta y generosa, sin esperar a que el calor, la comodidad y lo establecido me abra los brazos, sino ir en búsqueda de lo que «el allá afuera» me sorprenda.

Bueno, ayer fue uno de esos días budistas, en el que parece que uno siente su ser como el todo y el todo como su ser. Patagonia, viento, lluvia, casi como un mantra natural en donde la iluminación llega de la mano de mi hija India, verla con sus 7 años caminar con y contra el viento y la lluvia, bordear el río Tecka embarrandose, armar su caña, realizar sus propios «castings», desenredar, volver a armar, caminar, hablar, disfrutar el silencio, la soledad infinita y mística de la meseta, correr una familia de zorrinitos para observar la maravilla de la naturaleza no como simple observadora, sino como parte integral de la misma y, finalmente, el cansancio de una larga caminata, la sonrisa y el beso de agradecimiento por esa tarde. Eso es precisamente la iluminación budista.
Gracias India Mateos por hacerme tan grande como un granito de arena y como una galaxia, gracias a mi amor @gabrielanovas00 por ese «Sercito» gigante de 7 años que parece ya haber vivido dos siglos de existencia, como solemos decirle a India…gracias «Intensity» 😍💜💚💛🧡💞💕🙌🏿🙏🏿

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Un comentario en «😍🌬Hija del Viento y el Andar🌬😍»

  1. Te entiendo, me pasó con Javier, hace 25 años, a orillas del río Nant y Fall, pero mosqueado. Te queda en la memoria grabado a fuego. Te rebota de occipital a frontal, de temporal a parietal, y lo usás cuando más lo necesitás…en esos momentos en los que la vida te quiere sacar de onda. Eso te acomoda. Decís: esto también fue mi vida. Eso existió. Ahí está, disfrutalo toda la vida.

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